KALIMBA
Originarias de África se conocen desde hace más de 500 años. En principio fue ejecutada solo por hombres. En una ceremonia llamada bira como vínculo entre el mundo de los vivos y el de los espíritus. También se utiliza en los cantos y bailes de la comunidad, como diversión de niños y adultos, y como ayuda para la meditación y la curación.
Los tonos varían y suelen basarse en escalas de cinco, seis o siete notas. Las lengüetas se pulsan con los pulgares y, a veces, con los índices.
Es un instrumento que tiene la particularidad de producir siempre sonidos armoniosos, aunque no tengamos conocimientos previos de música.

 
Las sonajas se encuentran muy extendidas en toda América del sur se pueden encontrar en distintos tamaños y construidas en diversos materiales.
Su sonido también varia según lo que utilicemos para ponerles dentro como percutores y su cantidad.
Podemos tocarlos agitándolos los rítmicamente o moviéndolo en forma circular generando un sonido de arrastre.

Celestín diatónico, construido en caño de aluminio. Se sostiene en una mano y con la otra se ejecuta.

CHAS CHAJ
Son instrumentos de percusión muy habituales en el folklore Andino. Se suelen tocar por pares y se construyen a partir de pezuñas de animales (habitualmente de cabrito, oveja, llama o alpaca) Se tocan a modo de sonajas, haciéndolas chasquear unas contra otras lo que provoca un sonido muy particular.

Son empleadas en numerosos bailes y ceremonias como acompañamiento rítmico de las bandas andinas y su existencia se remonta a culturas preincaicas.
Las chajchas que realizamos están hechas con bainas de un árbol que llamado Brachichiton que tiene su origen en Australia pero se encuentra formando parte de nuestros parques y calles. Son ideales porque tienen cierta dureza y un hueco que sirve de caja de resonancia.